En uno de los episodios (quizás el más flojo) de la primera temporada de ‘Black Mirror’, el mundo se había convertido en una amalgama de canales de televisión, accesibles desde un gran panel, que suponían la única ventana al exterior para los sufridos candidatos a concursantes de uno de los talent shows más exitosos de este universo ultramediatizado.
La profecía está esta semana un poco más cerca. Youtube, sin duda una de las ideas que más nos ha cambiado la vida en la última década, empezará a comercializar subscripciones a algunos de sus canales, convirtiéndose ya no solo en una plataforma de visualización de videos, sino también en productora y distribuidora de contenidos propios. La idea de Youtube es ampliar sus fuentes de ingresos, actualmente monopolizados por la publicidad, y ofrecer al usuario un servicio de televisión de pago de calidad, con contenidos exclusivos (películas, series, realities, programas, documentales…), algunos de ellos de producción propia.
Según el Financial Times, la idea podría ponerse en marcha en Estados Unidos esta misma semana, en la que se empezaría a comercializar la subscripción a algunos canales a un precio aproximado de 1,6 euros mensuales. Aunque todavía no se ha precisado con exactitud cómo será el modelo de funcionamiento de Youtube a partir de entonces, es de suponer que dichos canales tan solo serán accesibles para sus suscriptores, que además gozarán de los contenidos en alta definición y sin las molestas inserciones publicitarias.
En realidad, Youtube vienen abonando el terreno para este cambio desde hace tiempo. Algunas productoras nacionales ya han recibido encargos de la multinacional para producir contenidos y proyectos de canales para el gigante de los vídeos. Según informa la Cadena Ser, Endemol España, responsable de programas como ‘Gran Hermano’ o ‘Tu cara me suena’, ha cerrado un acuerdo para lanzar cuatro canales de producción propia agrupados bajo el nombre Tuiwork. Y es tan solo la primera piedra de un proyecto que cambiará Youtube tal y como lo conocemos, limitando el derecho a subir contenidos a sus partners, o al menos priorizando con un agresivo filtro sus videos en las búsquedas del usuario.
Es probable que, definitivamente, aquel horizonte que desde hace años se conoce con el nombre de televisión a la carta acabe vislumbrándose lejos del televisor para instalarse en la Red. Y en este sentido, Youtube tiene mucho que decir.
